Aprender a emprender. El camino de las nuevas generaciones

Es un placer para mí poder inaugurar mi blog con un magnífico artículo de Jorge Salinas, Top Ten Coach, colega y amigo: [fusion_builder_container hundred_percent=»yes» overflow=»visible» margin_top=»40″ margin_bottom=»» background_color=»rgba(255,255,255,0)»][fusion_builder_row][fusion_builder_column type=»1_1″ background_position=»left top» background_color=»» border_size=»» border_color=»» border_style=»solid» spacing=»yes» background_image=»» background_repeat=»no-repeat» padding=»» margin_top=»0px» margin_bottom=»0px» class=»» id=»» animation_type=»» animation_speed=»0.3″ animation_direction=»left» hide_on_mobile=»no» center_content=»no» min_height=»none»][fusion_separator style=»dashed»/]

¿Cómo me voy a ganar la vida? ¿Dónde voy a trabajar? ¿Qué quiero hacer?

Estas y otras preguntas son las que se hacen las nuevas generaciones. Y no hablo de las nuevas generaciones tan sólo en referencia a los jóvenes, sino también a aquellas personas, en edad más madura, que por las circunstancias y avatares de la economía mundial se encuentran inmersos en un cambio de ciclo que afecta a las políticas empresariales y a las formas de contratación. En unos cuantos años hemos pasado de buscar un trabajo para toda la vida a conformarnos con encontrar un trabajo. No hace tantos años que empresas como IBM trataban de atraer a talentos para su organización con frases como: “Consigue un trabajo para toda la vida”. Ahora las compañías modifican sus planes de crecimiento estratégico con la ligereza con la que se cambian sus directivos y ya no buscan, y tampoco quieren, trabajadores que se enquisten en sus organizaciones, sino colaboradores responsables que ayuden al desarrollo de esas estrategias.

Una de las claves que va a garantizar una carrera profesional sostenible pasa por “aprender a emprender”.

El origen latino de emprender es imprendere, cuyo significado conecta con acometer, no en el sentido solamente de un verbo de acción, sino también como el proceso de enfrentarse a la incertidumbre. Un emprendedor es aquel que acepta la falta de certidumbre en su día a día, que sabe que cada proyecto va a estar sembrado de situaciones inesperadas y de imponderables que necesitarán lo mejor de cada uno de nosotros para solventarlas, y así llegar a la meta sintiendo que hemos tenido éxito.

Las compañías que contratan, cada vez ponen más foco en las actitudes y habilidades de emprendedor que tienen los candidatos. El emprendedor se da dentro y fuera de las grandes corporaciones. No cometáis el error de pensar que un emprendedor es tan sólo aquel que se hace autónomo o crea una pequeña sociedad para poner en marcha un proyecto por su cuenta. El que es emprendedor lo es, o puede serlo, al servicio de una gran firma. Incluso siendo asalariados somos acometedores de proyectos que nos llenan cada día de incertidumbre.

Diez son las competencias a tener en cuenta si quiero valorar mi capacidad emprendedora: Mi autoestima, mi capacidad de autocrítica, la habilidad para concentrarme y poner foco en algo, la creatividad, la disciplina, mi flexibilidad, mi proactividad, la gestión del riesgo, del estrés y de las acciones dentro del tiempo que tengo.

Aprender a emprender significa estar dispuesto a desarrollar los aspectos en los que no me sienta especialmente fuerte. Que nadie caiga en la trampa de que si no tiene todas estas competencias nunca será un gran emprendedor. Sí os pido caer en la creencia de que cada una de ellas se puede desarrollar si os lo proponéis. Es cierto que por una cuestión de identidad, estilo personal y genética, hay personas que de una forma natural tendrán más desarrollados alguno de estos aspectos que otros, pero todos se pueden trabajar. La creencia limitante es que el emprendedor nace, cuando yo estoy convencido de que se hace.

En los últimos años el business coaching se ha revelado como una herramienta de extrema utilidad para aquellos emprendedores que quieren hacer realidad sus sueños, y también, para esas microempresas, prácticamente unipersonales, que quieren crecer en un entorno tan competitivo. Como co-fundador de una de las escuelas de formación de coaches profesionales más reconocidas en nuestro país, he visto conseguir la acreditación a personas que vienen del mundo de la consultoría, cuya trayectoria y conocimientos les habilitan para acompañar a esos emprendedores en la consecución de su sentido del éxito.

Si bien las competencias relacionadas se revelan como algo necesario para convertirse en un emprendedor que triunfa, no son imprescindibles, ni tan siquiera son lo más importante para triunfar. El talento se definía, no hace tanto tiempo, como una mezcla adecuada de habilidades y capacidades, pero a nadie se le escapa ahora que tener tan sólo eso no es suficiente sino que, además, es necesaria una actitud comprometida. De igual manera, lo que es imprescindible para triunfar como emprendedor es el compromiso, la motivación y la pasión por lo que queremos hacer.

Alguien sin pasión podrá dedicar esfuerzo al desempeño de cualquier trabajo o al el desarrollo de un proyecto. Podrá, incluso, conseguir buenos resultados, pero estos nunca serán excelentes si no siento por dentro esa pasión que me anima a dejar lo mejor de mi mismo en lo que estoy haciendo. Cuando siento esto no hay horarios y no hay obstáculos. Los obstáculos se convierten tan sólo en esas cosas espantosas que veo cuando aparto los ojos de mi meta. Se acabó la época del personaje “sí señor”, ese que tenía garantizado permanecer en una empresa si se aseguraba ser obediente con lo que sus jefes le pedían.

Se acabó la época en la que aquellos que trabajaban duro y le echaban muchas horas a lo que hacían, tenían garantizados los resultados. Es la época en la que la pasión con la que hago las cosas se convierte en el elemento base sobre el que se sustentan las probabilidades de éxito. Todo es una cuestión de actitud.

No penséis en cómo os vais a ganar la vida o en dónde vais a trabajar. Os animo a pensar en qué os apasiona y qué va a hacer que cada mañana peguéis un salto de la cama para poneros a trabajar. No penséis en “¿qué quiero hacer en el futuro?”, pensad en “¿quién quiero ser en el futuro?”. “¿Qué va a decir de mí lo que haga y cómo voy a trascender entre las nuevas generaciones?”.

Pensad en tener éxito y no confiéis en la suerte. El éxito es lo que se consigue con el trocito de suerte que nos toca.

Jorge Salinas Coach, conferenciante y escritor Presidente de Atesora y co-fundador de Lider-haz-GO!

 

Foto: Photorack[/fusion_builder_column][/fusion_builder_row][/fusion_builder_container]

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1 comentario en “Aprender a emprender. El camino de las nuevas generaciones”

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