Reflexiones de un año vivido: ¿Qué has aprendido en el camino?

“Disfruta de las pequeñas cosas, porque tal vez un día vuelvas la vista atrás y te des cuenta de que eran las cosas grandes.” Robert Brault.

Ya queda menos para que finalice el año. Llega el momento de las fiestas navideñas, de compartir, regalar, disfrutar, reflexionar, hacer balance, analizar los objetivos cumplidos,  los resultados obtenidos y sobre todo de definir los nuevos retos a afrontar para el próximo año.

Te invito a que reflexiones sobre el año que has vivido, los momentos disfrutados, los errores cometidos y los aprendizajes adquiridos, así como lo que has descubierto sobre ti al recorrer tu camino:

¿Qué objetivos te propusiste?

Es posible que comenzases el año sembrando tus sueños y definiendo unos objetivos a conseguir. Quizás hayas establecido tu plan de acción para hacerlos realidad, especificando qué acciones ibas a poner en marcha, cuándo, dónde, con quién, con qué recursos propios y ajenos ibas a contar y qué indicadores de tus avances ibas a tener en cuenta para analizar si estabas en el buen camino.

¿Qué resultados has obtenido?

Si has conseguido lo que querías, Enhorabuena!!!! ¿Cómo vas a celebrar tus éxitos?

Es curioso cómo a muchas personas les cuesta celebrar sus éxitos. Siempre recordaré un día en la playa cuando llamó mi atención unos niños jugando a las palas. Empecé a observarlos y me di cuenta de que cada vez que conseguían un punto lo celebraban junto a sus padres de una forma extraordinaria: “Muy bien, genial….!!! daban saltos de alegría, chocaban las manos, se abrazaban  y se daban un chapuzón en el agua. Lo hacían cada vez que conseguían un punto. Sin embargo cuando cometían un error analizaban qué había pasado, aprendían y hacían algo diferente para hacerlo mejor la próxima vez.

¿Qué te impide celebrar tus éxitos?

Todo ser humano necesita reconocimiento y si no recibe caricias positivas, buscará las negativas ya que la indiferencia es insoportable para el ser humano. Como dice un bolero: Mátame, pégame, pero no me ignores.

Eric BERNE define las señas de reconocimiento o caricias como manifestaciones verbales o no verbales que realizamos para reafirmar nuestra existencia, otorgando un valor positivo o negativo. Estos reconocimientos pueden ser físicos (caricias, sonrisas, etc.), psicológicos (palabras, etc.), sociales (premios, elogios, etc.) y son el combustible necesario para nuestro crecimiento y nuestra autonomía.

Segú Steiner las leyes de la economía de las caricias forman parte de nuestra cultura, han sido transmitida por nuestros padres, tutores, amigos e impiden que las caricias fluyan:

  •  No aceptes caricias positivas. Por ejemplo: Cuando alguien te dice: Qué guapa estás. ¡Qué dices, si tengo el pelo fatal! o ¡Qué va, si estoy igual que siempre!
  • No des caricias cuando quieras darlas.  Por ejemplo: Ves que tu jefe o un compañero ha hecho un trabajo estupendo y no le dices nada por no parecer un pelota.
  • No rechaces las caricias negativas que te dan. Por ejemplo: No vales para nada. Cada vez estás más torpe, etc. ¿Qué haces cuando recibes esas caricias negativas que son destructivas?
  • No te des caricias positivas. Ej: cuando has conseguido algo importante ¿Qué te dices? ¿Cómo te recompensas?

¿Cómo crees que influye todo esto en tu autoestima y en tu relación con los demás?

En sustitución de estas leyes de escasez de caricias es importante potenciar las siguientes leyes de abundancia de caricias:

  • Da abundantes caricias positivas cuando corresponda.
  • Acepta las caricias positivas que mereces.
  • Pide las caricias positivas que necesitas.
  • Date caricias positivas a ti mismo.
  • No aceptes caricias negativas destructoras.

Te invito a que pongas en práctica estas leyes y me cuentes qué cambia. Y para que empieces ¿Qué caricias positivas te vas a dar por los logros conseguidos este año?

¿Qué ocurre si no has conseguido tus objetivos?

Si los resultados obtenidos han sido negativos ¿Qué puedes hacer? quizá pienses en tirar la toalla. Te invito a ver el vídeo: No te rindas.

1. Resignarte. No haces nada y te conviertes en víctima. Ej: Es lo que hay, no se puede hacer nada.

2. Buscar una explicación al resultado negativo. Te puedes dar explicaciones tranquilizadoras que te colocan en  una situación de resignación. Son tranquilizadoras porque no resuelven nada ya que el problema sigue existiendo. En ellas te declaras inocente y pones la responsabilidad en cualquier motivo (otros, la crisis, el tiempo, el jefe, el equipo, etc.). Lo explico como consecuencia de factores externos a mí, es una explicación irresponsable que nos ubica en el rol de víctima y cierra posibilidades de acción. Ej: la culpa es de…, Se cayó el sistema, No saben trabajar en equipo, etc.

3. Modificar el resultado negativo.

  • Si quieres obtener unos resultados diferentes ¿Qué vas a dejar de hacer? ¿Qué acciones diferentes vas a llevar a cabo? Quizás puedes aprender nuevas técnicas, métodos y acciones para llegar al objetivo. ¿Cómo vas a asumir tu 100% de responsabilidad para conseguir resultados diferentes? Einstein decía: «Locura es hacer la misma cosa una y otra vez esperando obtener diferentes resultados.”
  • Si quieres modificar tus acciones y descubrir nuevos caminos para llegar a tus objetivos puedes modificar el tipo de observador que eres, es decir, cambiar las gafas con las que ves el mundo. ¿Cómo puedes  interpretar la situación de forma diferente? La respuesta a esta pregunta te ayudará a ver lo que hoy no ves y decidir las acciones que hoy no puedes. Esta poesía de un autor anónimo muestra cómo hay diferentes tipos de observador:

Sobre la piedra.

El distraído tropezó con ella.

El violento la usó como proyectil.

El emprendedor construyó con ella.

El caminante cansado la usó como asiento.

Para los niños fue un juguete.

Drummond hizo poesía con ella.

David mató a Goliat.

Michelangelo extrajo de ella la más bella escultura.

Y en todos los casos la diferencia no estaba en la piedra, sino en el hombre.

¿Cómo vas interpretar tú las piedras del camino y aprovecharlas para tu crecimiento?

  • También puedes analizar tus juicios, creencias, valores que definen tu manera particular de ser y de estar en el mundo. ¿Te limitan o te potencian? ¿Qué capacidad de acción tienes con tus creencias? ¿Qué quieres hacer con las creencias que te limitan?  Obtener resultados diferentes supone abandonar tus modelos mentales antiguos que te limitan y buscar otros que te permitan una mayor capacidad de acción para mejorar los resultados.

 Disfrutando del camino.

Tanto si has conseguido tus objetivos como si no, es importante el camino que has recorrido.

¿Cuántos sueños has sembrado?

¿Cuántos errores has cometido?

¿Qué has hecho diferente?

¿Cuántos instantes vacantes has tenido en tu día a día?

¿A qué retos te has enfrentado?

¿Qué vitaminas has tomado crecer?

¿A qué te has comprometido?

¿Cuántas veces has jugado?

¿Cuántas veces has sido feliz?

¿A quién has hecho feliz?

Sonja Lyubomirsky dice: “la felicidad no es un golpe de buena suerte que debamos esperar, como el final de la estación de las lluvias; tampoco algo que debamos encontrar, como la salida de una autopista o una cartera que hemos perdido. La `búsqueda´ de la felicidad debería ser la `creación´ o la `construcción´ de la felicidad”.

¿Qué frase resume el año que has vivido?

 

Publicado por Inmaculada Rodríguez.

 

photo credit: Inmaculada Rodríguez

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2 comentarios en “Reflexiones de un año vivido: ¿Qué has aprendido en el camino?”

  1. Pingback: ¿Cuál va a ser tu plan de acción? - Tumapa.es

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